17 de diciembre de 2013

¡¡RETOMANDO LA VIDA!!

Hace ya tiempo que no he escrito aquí en mi blog y ahora que tengo un ratito, en mi ajetreada nueva vida, voy a hacerlo. La ultima entrada que tengo hecha es en la que hablaba sobre el cambio de look que me hizo mi amiga Almudena con motivo de mi regreso a casa con mi riñón nuevo y para ir a la fiesta de mi peque al cole, fiesta que creí que vería grabada porque pensaba que estaría aun ingresada con aquella infección de ultima hora.

Desde entonces ha habido muchos cambios, para mi todos positivos, desde esa última entrada. Uno de esos cambios es que me apunté a la Asociación de Mujeres de Vegas del Genil y estoy contentísima. Es una asociación increíble llena de buena gente y buenos proyectos hechos con mucha ilusión. Ya hablé de ella en una de mis columnas semanales en Diario Vegueño, otro buen cambio en mi vida, porque es un sitio en el que me han dado la oportunidad de hacer lo que mas me gusta que es escribir y en el que tengo mi sitio semanal donde exponer un tema a mi elección, además de haber encontrado gente fantástica entre el equipo que compone DV.

He conocido a mucha gente que no me habría imaginado jamás y que me han hecho ver las cosas de otra manera, ahora tengo un punto de vista un poco mas sereno y neutral del mundo en general.
A la misma vez he participado en varios concursos de relatos y he colaborado con escritos para diferentes actos del pueblo como puede ser el relato que escribí con motivo del día de rechazo de la violencia de género.
 Lo leí en el centro guadalinfo y luego como no pude asistir porque tuve revisión del trasplante, lo leyeron en mi nombre en un acto que se organizó en la puerta del ayuntamiento, relato por el que la gente aun me sigue felicitando:


Eramos un matrimonio joven muy feliz, hasta este momento. La rutina y la crisis nos engullía
como a tantos otros matrimonios y nos sentíamos asfixiados. Por esté motivo lo que un día hubo
entre nosotros se había enfriado mucho, demasiado diría yo, ya casi no me miraba, hablábamos
poco y lo poco que hablábamos era para discutir y que me echara en cara todo lo mal que lo había
hecho estos años atrás para que estuviéramos en esta situación, incluso algún día, en un arrebato
de genio, había llegado a levantarme la mano. Había empezado a salir a deshoras; a despejarse; o
por lo menos eso es lo que a mi me decía.
Esa tarde habíamos comido juntos como siempre pero mas en silencio de lo normal. Justo
después de terminar de comer, se levantó de la mesa y como venia siendo ya habitual se ponía su
cazadora y salía al balcón a fumarse un cigarro aunque ese día fue distinto no habló ni me miró,
solo salió por la puerta y la cerró de un golpe. Yo me quedé preocupada porque aunque ya casi no
teníamos nada yo le quería y estaba dispuesta a intentarlo, pero no me dio opción alguna.
Ese día pasé el resto de la tarde sola y cené sola. Cuando llegó media noche decidí meterme en
la cama y no esperarle mas ya que no había contestado a ni una sola de las llamadas que le había
hecho aquella tarde, cosa que no era normal en él, ni si quiera en estos meses tan raros que
estábamos pasando.
Justo cuando estaba quedándome dormida oí ruido en el portal y pensé que seria el aire que hacia
aquella noche moviendo la puerta de nuestro pequeño bloque que tenia bastante holgura, pero no,
los golpes continuaron por la escalera y se detuvieron en la puerta de nuestra casa. Pensé que le
habría pasado algo, ya que no era normal que llegase a esas horas y salí de la cama corriendo a
ayudarle y a ver que pasaba. Cuando abrí la puerta me asusté al verle en ese estado, había estado
bebiendo y casi no se mantenía en pie. Al verme delante de él, me empujó hacia atrás de tal forma
y con tanta rabia que caí de espaldas contra la puerta del salón y me dí un golpe fuerte en la
espalda. Entró y sin fijarse siquiera en lo que me había echo entró andado hacia la cocina.
Sorprendida y asustada por esa reacción le seguí le seguí los pasos y una vez allí le dije
enfadada que me había hecho daño y que no eran ni formas ni horas de llegar, entonces le vi en
los ojos la rabia, se volvió hacia mi y me dio un bofetón a la vez que me decía que yo tenia la culpa
de todo lo que nos estaba pasando, que no valía para nada y que le dejara en paz si no quería que
las cosas fueran peor.
No supe reaccionar, me quedé paralizada mientras el salio de la cocina y vestido como iba se
tiró encima de la cama y se durmió.
Al día siguiente había quedado con mi madre y la llame por teléfono para decirle que no me
encontraba bien que iba a quedarme en casa a ver si descansaba. No quería que viera la
magulladura que tenia en la mejilla fruto de aquel bofetón que me había dado cuando salió de la
cocina.
No podía creerlo, había visto tantos casos en la tele, tantas concentraciones, tantas noticias y
tantas mujeres en esa situación que no podía creer que eso me pasara a mi, ¿que había hecho yo?.
Cuando se levantó no me dijo nada, ni siquiera se disculpó por lo ocurrido la noche anterior y
lo peor de todo es que se convirtió en nuestro día a día.
Iban pasando los meses y siempre lo mismo, borracheras y bofetones que aun hoy no me explico
porque lo consentía. Yo seguía aguantando y dejando pasar el tiempo y rompiendo compromisos
con mis amigas y mi familia por no saber como contarlo,¿ qué me estaba pasando?, ¿tengo miedo
a enfrentarme a ese monstruo en el que se esta convirtiendo el amor de mi vida?
Lo había intentado todo, le hacía su comida favorita y ponía todas las cosas a su gusto para que
no hubiera motivo para empezar una discusión que acabara como siempre, en una paliza, pero
era inútil porque desde aquella misma noche cuando llegó borracho y me dio la primera bofetada
había construido en su cabeza una nueva frase para referirse a mi: “no sirves para nada”.
Pero llegó el día en que empecé la batalla de liberación, el día en que me enfrente a él, el día de
la ultima paliza. Eran las tres de la tarde y le había avisado a principios de semana que había
quedado con mi hermana para acompañarla a comprar un vestido. Mi hermana me esperaría en
el puesto de lotería que había justo al salir del portal de mi casa y desde allí cogeríamos el autobús
para ir al centro. Cuando me vio salir del dormitorio arreglada y maquillada, preguntó muy
enfadado que donde se suponía que iba a esas horas y así de arreglada. Intenté explicarle que le
había avisado, que mi hermana me estaba esperando abajo, pero sin dejarme continuar me dio un
bofetón que me hizo sangrar el labio. La sangre comenzó a salir y calló en el jersey color crema
que llevaba puesto, entonces alcé la mirada viendo en sus ojos la rabia que desde hacia meses no
paraba de descargar sobre mi.
Me volví para salir corriendo por el pasillo hacia la puerta del dormitorio para encerrarme
pero me cogió por el pelo y me tiró al suelo a la vez que me daba patadas en las piernas y en las
costillas. Yo le gritaba que me soltaba pero los golpes me dejaban sin aliento y no era capaz mas
que de llorar. Cuando parecía que había terminado vi que se quedó sujetando el cinturón que
llevaba puesto, fue en ese momento cuando mirándole adiviné las intenciones que tenia, así que
decidí levantarme tan deprisa como pudiese para abrir la puerta de la calle, salir corriendo al
rellano de la escalera y gritar lo mas fuerte que pudiese. Me salvó de mas golpes que el portero
oyó mis gritos y salió en mi ayuda, yo al verle le llame llorando. Terminé de bajar las escaleras y al
verse descubierto se quedó paralizado en la puerta de la casa, retrocedió y se metió dentro
cerrando de un portazo.
Mi hermana que me vio arrodillada delante del portero a través de la puerta de cristales se
acercó alarmada y cuando entro se arrodilló llorando a mi lado preguntándome que me había
pasado.
El portero nos hizo pasar a su casa y allí empezó el relato de los últimos meses de mi vida ante
la cara de sorpresa mezclada con horror del portero y mi hermana. Ellos avisaron a la policía que
me acompañó aquel día al hospital a curarme las heridas, empezamos a poner remedio a aquella
vida que no me llevaría a nada bueno. Denuncias, ordenes de alejamiento que incumplía, pero
que solo conducían a mas denuncias, no pensaba rendirme. Hasta que finalmente y después de
mucho pelear le llego lo irremediable: la entrada en prisión, sitio en el que deberían estar todos los
que tan cobardemente levantan la mano a una mujer.
Hoy vivo libre y trabajo activamente en ayudar a personas que sufren situaciones así, para que
la historia no se repita, porque nunca mas permitiré que nadie vuelva a decirme que no valgo
para nada, nadie se merece sentirse así. Que nadie decida si vales mas o vales menos y desde
luego que los golpes nunca jamas serán la solución.
Está en nuestras manos poner fin a este tipo de actos.
!Yo digo no a la violencia y al maltrato!




Lectura del relato en en centro Guadalinfo de Belicena

Estoy haciendo un cursillo con compañeras de la asociación en la biblioteca y ademas he hecho ya tres cursillos mas online en una pagina que me enseñó Ana de Guadalinfo.
He participado también en un concurso que ha organizado la asociación de mujeres y que tiene un titulo muy sugerente "PORQUE TODOS TENEMOS DERECHO A SOÑAR" y eso hago yo, soñar y soñar...porque es gratis y porque nos hace seguir adelante y tener aspiraciones e ilusiones en la vida. Además tambien formo parte del club de lectura que se ha organizado en la Biblioteca de Purchil y al que os animo a uniros.

Me siento muy bien con todos los cambios que he hecho en mi vida y lo que es mas importante, me siento viva, ocupada y útil. Parece una tontería, pero a veces la mente puede jugarnos malas pasadas y entrar en un circulo vicioso, del que es difícil salir, y que puede llevarnos a pensar en todo lo contrario. Tengo muchos proyectos en mente, escribir por ejemplo que es algo que me encanta. En fin, una actualización a modo de repaso de este ultimo medio año. Seguiré escribiendo por supuesto para que este blog siga adelante.

Un beso a todos y mil gracias!!!!

2 comentarios:

  1. Eres especial,yo creo que la persona que te conoce lo sabe al instante......todos los cambios producidos en ti, han sido debido a tu lucha personal de continuar hacia adelante y de no rendirte. Te aprecio un monton, y fue una gran suerte el conocerte y sentirte amiga mia. Continua por el buen camino.....

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  2. Muchas gracias por tus palabras, me hacen mucho bien, espero por lo menos ser buena persona y como dices, seguir luchando siempre!

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