2 de abril de 2014

ESCRITO PERSONAL. CELEBRACIÓN DÍA DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL.

NACHO


-Si te vas a encargar tú de llevar las bolsas al rastro, dímelo para que lo sepa.

Eso fue lo que me dijo mamá mientras salía por la puerta esta mañana de camino a la estación, donde recogería a mi buen amigo Nacho que venía a pasar unos días en casa.

La noche anterior había estado preparándolo todo para no tener que madrugar y levantarme, como siempre, con la hora justa para ir a la estación. La verdad es que nunca he sido madrugadora, desde pequeña me ha gustado apurar al máximo mi tiempo en la cama, incluso cuando se trataba de salir de fiesta o a alguna de las "quedadas" que organizábamos para irnos todos los de la clase al campo.

Recuerdo que cuando era pequeña, mi madre siempre estaba diciéndome que yo en otra vida debía haber sido un gusano de seda, siempre enroscada en las sábanas, ja ja ja.

Al llegar a la estación, me fijé en el panel que hay en la entrada y comprobé que el tren en el que venía Nacho, llegaba con retraso, así que decidí sentarme en uno de los bancos que hay en la estación y hacer hora leyendo un poco.

Siempre llevo en el bolso un libro por si, a lo largo del día, tengo un hueco y puedo leer un poquito. Ahora estaba releyendo mi libro favorito, "La química secreta de los encuentros" de Marc Levy.

Es relativamente nuevo pero me gusta mucho leer y me enamoro de cada libro que leo, aunque tengo que reconocer que por mi lado hiper-romántico, Marc Levy es sin duda mi escritor favorito.

Cuando ya supe que llevaba allí el tiempo suficiente debido a que el trasero me dolía de haber estado sentada en la misma postura tanto tiempo, coloqué el marca páginas y cerré mi libro. La llamada por una megafonía un tanto cascada y ruidosa, avisaba de que el tren en el que viajaba mi amigo acababa de llegar, entonces me encaminé hacia el andén y pude verle bajar por las escaleras del primer vagón.



Nacho es un poco más alto que yo, delgado, ojos verdes clarísimos y una media melena que lleva siempre a lo loco.

Tiene ese acento catalán que tanto me gusta, para mi es alguien especial, aunque nunca me había atrevido a decirle nada.

Fuimos juntos al colegio, pero cuando tenía 10 años, su padre, cambió de destino en el trabajo y se mudaron a Cataluña, aunque nunca hemos perdido el contacto.

Salí al andén y entonces vi a Nacho venir caminando tranquilamente cargando con su maleta y su bolso de libros.

En cuanto me vio soltó las maletas en el suelo y con una gran sonrisa emocionada me llamó con ese mote cariñoso que siempre ha tenido para mi:

- Pelusa!!!

- Hola Nacho!.

Contesté mientras nos abrazábamos.

- Madre mía pelusa, estás más guapa, si cabe, que en las vacaciones de Navidad. No se que haces chica pero, creo que tendré que hacer de guarda espaldas esta semana contigo, ¡habrá un montón de moscones siguiéndote!

Nacho era como mi hermano mayor en algunas ocasiones, pero en otras no sabía bien como catalogarlo, hermano, amigo, ¿novio?

Terminamos de saludarnos, recogimos sus cosas y nos dirigimos al coche.

Una vez dentro, me contó así por encima como había ido el viaje a la vez que mientras hablaba iba preparando todas las postales y fotos de las salidas turísticas que había hecho desde que nos vimos la última vez.

Al llegar a casa, mamá, siempre le recibía como si fuese un hijo que vuelve "del extranjero" o de hacer la mili, ¡todo eran fiestas!.

Para cuando llegamos, ya tenía preparada la comida para todos y había puesto encima de la mesa el regalo que había comprado para Nacho el día anterior, cuando hizo su "salida de chicas" con todas sus amigas. Le había comprado un libro, ya que era un gran amante de los libros, más concretamente se trataba de un título que Nacho quería tener porque lo había leído y había quedado encantado con su historia.

Nos sentamos a la mesa y en cuanto estuvimos todos, papá comenzó a llenar los platos de comida.

Fue una comida muy amena porque escuchamos las anécdotas nuevas que nos traía Nacho y nosotros le contamos lo que había sucedido desde la última vez que estuvo aquí.


Después de comer, subimos a la habitación donde tenemos el ordenador y la zona de estudio, entramos, cogí el regalo que había hecho para él, en las clases de manualidades a las que me había apuntado, y justo cuando me volví, ilusionada como una niña, sonrojada para dárselo, Nacho me abrazo y fue la primera vez que me besó!

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Espero que os haya gustado y entretenido, mi intención era celebrar este día tan fantástico con algo escrito por mi. 

Gracias familia!! =)






2 comentarios:

  1. ¡¡¡¡¡ Me ha gustado....... como todo lo que escribes tu!!!!!........ Eres muy grande.

    Besos preciosa escritora.

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    Respuestas
    1. Gracias Sandra!! Comentarios como el tuyo me encantan porque son ánimos para seguir escribiendo, que por otra parte.....me encanta!!

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